Con el lema “Soy de maíz” se hace
referencia al origen del hombre mesoamericano narrado en el Popol Vuh,
libro sagrado de los mayas, que describe el origen del hombre a partir
de esta semilla.
En la primera edición de la Feria Estatal en Defensa de Nuestra Milpa y los Maíces Nativos (FEDNMMN), el artista plástico Francisco Toledo
expuso su inconformidad sobre la introducción de granos de maíz
transgénico en el estado de Oaxaca y exhibió sus representaciones
artísticas que reflejan la importancia cultural y alimenticia que los
granos de maíz criollos tienen para México.
Toledo. Foto de Red en defensa del maíz |
Toledo invitó a distintas organizaciones no gubernamentales a
organizar ferias gastronómicas y artísticas que difundan la gravedad del
problema, en cada una de las zonas agrícolas del país y de América.
Apuntó que la introducción de granos transgénicos amenazarán la pérdida
de las distintas especies de este cereal y esto afectaría de manera
importante la alimentación de los pueblos que basan su nutrición en este
grano. América, sin duda, “es de los hombres de maíz”.
En un franco reclamo, señaló que lo ideal sería que el gobierno en
sus tres niveles (federal, estatal y municipal) se sumaran a la defensa
de tan preciado cereal: “pero se sabe y ha sido demostrado que los
senadores y diputados, no son representantes del pueblo, solo esperan
instrucciones del poder presidencial”.
Añadió que están a la espera de que el presidente de México, Enrique
Peña Nieto, ponga una fecha para recibirlos, ya que tras la entrega de
la carta firmada por el pintor en la que le solicitó la cancelación de
proyectos que incluían maíces transgénicos, el mandatario prometió una
reunión.
En la FEDNMMN se hicieron talleres culturales a cargo de otros artistas como Guillermo Rito,
en los que se les mostró a niños y adolescentes, las distintas
variantes de granos criollos, se les narró la importancia cultural del
maíz en el origen de nuestras civilizaciones a partir del Popol Vuh.
Sobre las variantes de razas de maíz en México
México cuenta con 51 razas de maíz, estas están clasificadas por la
zona. La forma de preparación es muy variada, pero sin duda, el consumo
de tortillas es una constante en todo el país. Por su poco valor
económico, es la base de la alimentación en las familias más
desamparadas. La introducción de granos transgénicos, sería sentenciar a
la hambruna a las comunidades más vulnerables.
Otras organizaciones que defienden las razas de maíz criollo en México
Red en Defensa del Maíz (RDM) difunde el libro ¡No nos toquen nuestro maíz!
en el cual se publica un extenso análisis de la importancia cultural y
alimentaria del este cereal. Expone también, la lucha que han tenido
distintos pueblos por defender sus tierras de cultivo, esto desde el
campo y las ciudades que se ven afectadas por la falta de este alimento
básico.
GRAIN, pequeña organización internacional que trabaja apoyando a
campesinos y a movimientos sociales en sus luchas por lograr sistemas
alimentarios basados en la biodiversidad y controlados comunitariamente.
Esta organización ha señalado en reiteradas ocasiones el hostigamiento a
las comunidades que se niegan a usar transgénicos en sus tierras
ETC Group se dedica a la conservación y promoción de la diversidad
cultural y ecológica y los derechos humanos. Con este objetivo, ETC
promueve el desarrollo de tecnologías socialmente responsables que
sirvan a los pobres y marginados. Trabajan en cuestiones de
gobernabilidad internacional y monitoreo del poder corporativo, realizan
talleres culturales y exposiciones de productos regionales, además de
impartir cursos que promuevan el uso y aprovechamiento de las tierras de
manera sustentable
Investigación sobre el maíz transgénico desde la UNAM
La doctora Elena Álvarez Buylla, investigadora del
Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), ha señalado en reiteradas ocasiones, las consecuencias
económico-sociales que puede generar la introducción abierta de cereales
transgénicos en los campos de cultivo mesoamericanos.
La doctora Álvarez menciona que el problema económico es sin duda una
vertiente que no se ha proyectado a largo plazo ya que los granos
transgénicos cuentan con patente, es decir son de origen privado y los
campesinos no podrán usar el maíz como bien público, esto afectaría la
manera en la que se ha operado el maíz en nuestros campos. Los
campesinos suelen intercambiar granos para el mejor aprovechamiento de
las tierras, esto se vería imposibilitado con los derechos privados con
los que cuenta ya cualquier mezcla genética con granos de origen
modificado.
En un aspecto más, la investigadora de la UNAM ha señalado que se
corre el riesgo de que las semillas criollas se mezclen genéticamente
con los transgénicos, esto podría crecer de tal manera que modificaría
especies silvestres de maíz que serían resistentes a plagas y herbicidas
y como consecuencia alterarían riesgosamente los ecosistemas
regionales.
La preocupación más grande que ha manifestado la doctora Álvarez es
que aun no existen los suficientes estudios que señalen la seguridad
alimentaria de quienes consumen maíz transgénico, únicamente se han
desarrollado experimentos en especies menores y se ha notado que “el
consumo de este grano afecta la salud reproductiva e inmunológica”.
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