Prohíben a empresa transnacional cultivar maíz transgénico en México

La causa para erradicar la siembra de maíz transgénico en México tuvo una victoria significativa, luego que los magistrados del Décimo Tribunal Colegiado en Materia Civil negaron de forma unánime el amparo promovido por la transnacional de origen suizo, Syngenta, que buscaba terminar con la prohibición judicial al cultivo del grano genéticamente modificado.

Foto: Cuartoscuro

René Sánchez Galindo, abogado y director de la Asociación Civil Colectivas, un grupo opositor a los transgénicos, explicó que la relevancia de la sentencia emitida hoy es vital, pues quedan pendientes cinco juicios de garantías tramitados por empresas como Monsanto que buscan echar abajo la prohibición de siembra transgénica ordenada por el magistrado Jaime Manuel Marroquín, titular del Segundo Tribunal Unitario en materias Civil y Administrativa del Primer Circuito el pasado 17 de septiembre de 2013.

En julio del 2013, la Asociación Colectivas, en conjunto con otras 20 organizaciones y 53 ciudadanos, interpuso una demanda contra Syngenta buscando impedir la siembra del maíz transgénico en México.

Con el fallo, las autoridades judiciales dieron la orden a Sagarpa y Semarnat para no otorgar nuevos permisos y suspender los entregados para cultivos de maíz transgénico.

Al momento, se acumulan 72 impugnaciones de empresas contra la decisión de prohibir el cultivo de transgénicos en el país, esto a más de 1 año de presentada la demanda y a 11 meses de que se emitiera la medida cautelar en la que se ordena a la Sagarpa y a la Semarnat abstenerse de realizar actividades tendientes a otorgar permisos de liberación al ambiente de maíz genéticamente modificado, prescindir de efectuar procedimientos para su liberación al ambiente, y suspender el otorgamiento de permisos de liberación en cualquiera de sus fases, sea esta comercial, experimental o piloto.


A pesar de que la trasnacional Monsanto pretendió excluir al magistrado Jaime Manuel Marroquín Zaleta de la causa iniciada por la Asociación Colectivas, para impedir la siembra de maíz transgénico en México, un fallo resuelto el miércoles dio al juez la posibilidad de seguir conociendo del juicio por una sentencia del tercer Tribunal Colegiado que invalidó el recurso presentado por Monsanto.
 
“Ni todo el poder económico de la trasnacional Monsanto, ni las acusaciones legales formuladas por una decena de sus abogados, lograron descarrilar al magistrado Jaime Manuel Marroquín, también titular del Segundo Tribunal Unitario en materias Civil y Administrativa del Primer Circuito, que el 20 de diciembre pasado ordenó mantener la medida precautoria que desde el 17 de septiembre del año 2013 impide la siembra de todo tipo de maíz transgénico en todo México, debido al riesgo de daño al medio ambiente y a la salud”, expresó la Asociación Colectivas ayer en un comunicado.

El comunicado agrega que “el 28 de febrero de este año la controversial empresa Monsanto, la cual en todo el mundo ha sido cuestionada por su falta de ética, interpuso un incidente de recusación contra el juez Marroquín Zaleta, acusándolo de parcialidad en el juicio en contra de la siembra de maíz transgénico. Para el 21 de abril Monsanto había perdido el procedimiento legal denominado incidente de recusación, lo que motivó que sus abogados promovieran el amparo 49/2014.

“El 12 de junio, el Primer Tribunal Unitario en Materia Civil y Administrativa rechazó el amparo de la trasnacional; por lo que la industria interpuso un recurso de revisión. Finalmente el 15 de agosto el Tercer Tribunal Colegiado en materia Civil, en la sentencia que resolvió el recurso de revisión 182/2014, invalidó en definitiva los argumentos que intentaron retirar del juicio al magistrado Marroquín.

“No hay más recursos legales a los que Monsanto pueda acudir para quitar al magistrado’, explicó el abogado de causa René Sánchez Galindo, director de Colectivas AC, organización que junto con el despacho del jurista Bernardo Bátiz les fue encomendada la defensa de los maíces nativos o criollos, a nombre del colectivo de 53 personas y 20 organizaciones, que en julio de 2013 promovió la demanda colectiva.

“Lo acusaron de actuar con parcialidad, de falta de ética judicial, pero después de un incidentente, un amparo y un recurso de revisión el juez Marroquín fue ratificado para seguir conociendo del juicio’, abundó Sánchez.

Con información de La Jornada de Oriente

Ya se consume el maíz transgénico en México

De las más de 10 millones de toneladas de maíz importadas a México, muchas puedan ser de estas semillas alteradas, consideró
 


KAREN MENDIOLA
 
JUCHITÁN, OAX.- La entrada del maíz transgénico a las comunidades de Istmo, a Oaxaca y al país, ha causado honda preocupación entre las autoridades juchitecas y por ello se han unido al proyecto del pintor Francisco Toledo para recabar un millón de firmas de ciudadanos mexicanos que exijan poner fin a la introducción de esta semilla.


En este marco, el edil juchiteco Saúl Vicente Vásquez se dio a la tarea de suscribir esta exigencia para hacer llegar al Presidente de la República un documento con esta protesta ciudadana.

En su oportunidad, el edil juchiteco señaló que cuando el maíz no es nativo de esta tierra zapoteca no se puede amasar bien y se despega del comal al intentar realizar la tortilla de horno o totopo.

“Hacemos conferencias para llamar la atención de los pobladores y se evite la introducción de un maíz fabricado y que determinará el fin del maíz nativo y los riesgos en la salud que esto implica”, indicó.

Refirió que se está experimentado con este maíz sin saber si se contaminará a los campos del maíz nativo y sin prever los efectos que puede ocasionar al campo mexicano este tipo de semilla.

Asimismo, consideró que es muy probable que de las más de 10 millones de toneladas de maíz importadas a México, muchas puedan ser de transgénicos que el mismo Gobierno Federal distribuye entre los pobladores.

Aunque la siembra de transgénicos aún no se da en el territorio mexicano, ya se está consumiendo y esto trae efectos negativos en el cuerpo humano, pues hay estudios que señalan que esto es una de las principales causas de cáncer.

Por ello, se tienen la decisión de crear foros de conciencia para que los pobladores puedan tener acceso a la información necesaria de lo que esta semilla puede causar y sus efectos sobre la tierra y el cuerpo humano.

54 ESPECIES NATIVAS EN PELIGRO

Dentro de las actividades del Día Mundial de los Pueblos Indígenas en Juchitán, se llevó a cabo la conferencia sobre el maíz transgénico impartida por el investigador Aldo Rojas.

Manifestó que con la introducción del maíz trangénico a México las 54 especies de maíz nativo que hay en el país podrían perderse, debido a que se contaminarían con estas semillas alteradas y se estaría perdiendo un cultivo ancestral que ha sido base de la alimentación del pueblo mexicano.

Por ello, una de las consignas de este encuentro fue “¡No al maíz transgénico!”, donde el experto expuso que la entrada de semillas transgénicas podría acabar con el maíz nativo cultivado por los indígenas, como es el caso del ‘zapalote chico’ de Juchitán.

El también trabajador de la Secretaría de Asuntos Indígenas, dijo que la aparición del maíz transgénico en el planeta se debió a que la producción era insuficiente para el requerimiento de muchos países.

El ponente aseguró que en Estados Unidos desde 1999 se comenzó a experimentar con semillas transgénicas. De manera natural ninguna especie se podría reproducir con otra, sin embargo los transgénicos han sido creados por el hombre.

El maíz transgénico ha dado ganancias a sus credores y a los productores debido a que es más resistente y no necesita de grandes cantidades agua para que su producción se mantenga.

Pero dijo que según diversos estudios científicos estos granos alterados perjudican la salud del ser humano y de los animales. Por ello, acusó a la empresa Monsanto de tener muchos intereses en esta rama de la agricultura, pues son los principales productores de la semilla transgénica del maíz.

“Monsanto era el principal productor de herbicidas, veneno que mataba a las plantas y ahora vende la semilla transgénica del maíz”, señaló.

En Estados Unidos los productores de maíz solo pueden usar una vez la semilla para la producción, pues si la vuelven a utilizar son demandados por esta empresa que tiene patentada la semilla, agregó.

Aseguró que la semilla ya está en el territorio mexicano, a través de algunas tiendas que la proveen a los agricultores, pero la siembra de este tipo de maíz apenas está en etapa de experimentación en estados del norte de México.

Sin embargo, una vez introducida la semilla en esos estados, no tardará más de dos meses para que llegue al sur del país y México se encuentre lleno de este grano transgénico.
 

Vitamaíz, semilla azul híbrida, no transgénica, creada en el IPN

El Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados Unidad Irapuato, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), desarrolla variedades de maíz azul híbrido para mejorar sus cualidades agronómicas y nutricionales, que a largo plazo generará beneficios a la salud del consumidor y mayores ingresos al agricultor. El objetivo es aprovechar este cereal de origen mesoamericano, por medio de su diversidad y eficiencia, potencializando su calidad vitamínica y perfil de antocianinas.




Con el proyecto vitamaíz desarrollamos variedades que nos den más vida, aportando carotenos y antioxidantes celulares que previenen enfermedades cardiovasculares y nos alargan la vida; queremos incrementar la diversidad de los maíces con pigmentación oscura, combinando las antocianinas con los carotenos y los aminoácidos, explicó Axel Tiessen Favier, responsable de la investigación.

Se busca la mejor combinación de genes para producir vitamaíz que, por un lado, tendrá mayor valor agregado que las semillas comerciales blancas, e incrementará el rendimiento por hectárea, comparado con los criollos ancestrales, indicó el investigador.

El maíz azul es de mayor calidad nutricional y logra mayor precio en el mercado, hasta 50 por ciento más que el blanco o amarillo; sin embargo, las variedades actuales conservadas por los indígenas tienen ciertas deficiencias en el cultivo por su origen criollo; no se adaptan bien a las condiciones modernas y son de grano harinoso susceptible a plagas e insectos, explicó Tiessen Favier, quien es doctor por el Instituto Max Planck de Alemania.

El proyecto no lo iniciaron empresas trasnacionales motivadas por el dinero, sino una alianza entre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) y el Cinvestav, que buscan el beneficio directo de la población y del medio ambiente. La investigación no desarrolla transgénicos, porque aplica una metodología clásica modificada, en la que por medio de cruzas escalonadas se introgresan (movimiento de genes de una especia a otra) diversos genes en el genoma.


La Ley de Bioseguridad regula la ingeniería genética, y en México, a diferencia de Estados Unidos, no se permite la producción de maíces transgénicos por ser centro de origen; es una medida precautoria para evitar conflictos con la agricultura orgánica.

Tardamos más tiempo en generar las variedades de manera tradicional; desde hace siete años iniciamos el proyecto con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa), pero cuando estén listos no habrá problemas para comercializarlos, incluso bajo la modalidad de agricultura orgánica, porque tienen las raíces de los criollos mexicanos, aseguró Tiessen Favier, quien realizó su posdoctorado en el Cimmyt.

El mejoramiento genético del maíz no implica hacer transferencia genética de ADN en el laboratorio, sino transferencia de polen en el campo. A veces se confunden las semillas híbridas, algo muy natural y necesario, con los transgénicos que promueven compañías trasnacionales por intereses económicos. 
El vitamaíz va ser híbrido, pero no transgénico, aseguró Axel Tiessen.

Ya se tienen algunas variedades de vitamaíz, pero aún no se cuenta con semilla en cantidad suficiente para salir al mercado; por ello, se están incrementando las líneas progenitoras; se planea que en tres años estarán disponibles los híbridos para producir Vitamaíz y sus derivados bajo la modalidad de agricultura por contrato.